Cuando se explora el consumo energético de una casa se suele prestar atención a su diseño, climatización, equipamiento y accesorios, pero llegado el momento se obvia la propia casa en sí, es decir, la cantidad de energía requerida para producir el material colocado en cada uno de sus componentes como: ladrillos, vigas, cemento, tejas, baldosas, cables, fierro y otros.
Según los expertos, cada metro cuadrado habitable construido de un edificio convencional requiere de un total de 2,3 toneladas de materiales. Si se considera el peso de los recursos afectados por el proceso de fabricación, entonces esta cifra se multiplica por tres: 6 toneladas por m2.
Un estudio del Programa de Eficiencia Energética en Ladrilleras Artesanales de América Latina para Mitigar el Cambio Climático (EELA), financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) y ejecutado por Swisscontact, logró identificar 2.317 productores de ladrillo gambote y tubular (de dos y tres huecos) en el país en ocho de los nueve departamentos, no incluye Cochabamba.
Del total, el departamento de Santa Cruz concentra más del 55% de las ladrilleras artesanales a nivel nacional, seguido por Chuquisaca (11,7%), Beni (10,6%) y Oruro (9,9%), siendo los más altos en producción artesanal de este material muy requerido para la construcción.
Aunque para llegar al producto final, entre medio transcurre una serie de procesos como ubicar canteras de arcilla para suministrar a las fábricas artesanales, hornos de cocción que contaminan en alto grado el ambiente, como el caso de Cochabamba que tienen serios problemas con las yeseras y ladrilleras, contrariamente no hacen nada por mitigarlas, al igual que la minería del occidente del país contamina los ríos, la búsqueda de oro en el norte de La Paz, virtualmente arrasan con la contaminación en las aguas de los ríos próximos a esa actividad.
Pero el motivo de esta investigación no es mostrar el grado de contaminación que provocan las ladrilleras, que bien sabemos que eso ocurre desde hace años, sin que las autoridades regulen, entendiendo que va en desmedro de la salud de los ciudadanos bolivianos.
SECTOR INFORMAL
El otro lado de la medalla, es que estas fábricas artesanales engrosan el sector informal del Estado y evaden impuestos, pese a que tienen la mayoría de la producción del país no son regulados y menos controlados por las autoridades gubernamentales o municipios en las ciudades y menos en las provincias, según datos publicados el 2016 por Metro Cuadrado.
Al margen de contaminar el ambiente, como en el caso de Cochabamba en alto grado, las regiones mencionadas seguirán la misma suerte, sin importar del daño que provoca la contaminación y el pago de impuestos debería ser una realidad para tratar de mitigar esa dura realidad, ya que los productores de ladrillos artesanal se mueven en tierra movediza al ser un sector informal e ilegal, evadiendo impuestos al Estado y solventados en su actividad por el resto de los ciudadanos que pagan sus tributos, en el mismo caso están los cocaleros, campesinos exigen y se les concede derechos y no tienen obligaciones con el Estado, son los sectores que menor aportan al erario de Bolivia.
Para el caso, nos interesan los productores de ladrillo gambote y tubular, siendo los más requeridos comercialmente en la construcción nacional, pero que tampoco pagan impuestos, convirtiendose esta actividad en un mercado negro.
TECNOLOGÍA USADA
El estudio del Programa de Eficiencia Energética en Ladrilleras Artesanales de América Latina para Mitigar el Cambio Climático (EELA), clasifica la tecnología que utilizan las ladrilleras artesanales en su proceso de producción:
1.- Ladrilleras de tecnología básica: Se distinguen por el uso de herramientas básicas y de tracción manual para la producción. Entre las principales herramientas utilizadas se destacan las siguientes: pala, azadón, picota, carretilla, mesa y moldes para producción de ladrillos. Es el caso de las regiones de Oruro, Potosí, Tarija, Beni y Pando.
2.- Ladrilleras de tecnología intermedia: Se distinguen por la utilización de ciertos instrumentos que facilitan u optimizan el proceso y tiempo de pala, azadón, picota, carretilla, mesa y moldes producción del ladrillo gambote. Éstos se clasifican en dos grupos: i) Herramientas y/o maquinaria que optimicen el mezclado de barro. ii) Herramientas y/o maquinaria que optimicen el moldeado y secado del gambote. Santa Cruz y Chuquisaca utilizan herramientas básicas y tecnología intermedia.
3.- Ladrilleras de tecnología semi-industrial: Se distinguen por la utilización de maquinaria de fabricación nacional, que optimiza el proceso de producción de tal forma que el trabajador solo se dedica a la manipulación y traslado de los productos durante los diferentes procesos de producción.
Los tres segmentos antes descritos permiten identificar el tipo de tecnología que se utiliza para la producción de ladrillo en el territorio nacional.
SECADO
El tiempo de secado en promedio en los departamentos de La Paz, Oruro y Potosí es de 7 días; mientras que en los departamentos de Chuquisaca, Santa Cruz, Pando y Beni el promedio es de 4 días. Destaca el mayor tiempo de secado en Tarija pues el promedio es de 10 días.
INSUMOS UTILIZADOS
En los departamentos de Chuquisaca, Potosí, Pando y Tarija, utilizan para la producción del ladrillo gambote arcilla y aserrín. En el caso del Beni se utiliza Soda Cáustica, con la finalidad de evitar que la arcilla se adhiera al mismo y se malogre el producto. En el caso de Oruro la mayoría de los productores mezcla la arcilla con ceniza.
Mientras que Santa Cruz, mezclan la arcilla con el aserrín, pero también se destaca que en el municipio de Cotoca algunos productores añaden chala de arroz. En La Paz, al ser una producción semi-mecanizada, solo utilizan arcilla.
DETERMINACIÓN DEL NÚMERO DE HORNOS
A partir del trabajo de campo, se estimó el número de hornos en ocho departamentos del país, como puede verse en el siguiente cuadro:
TIPO DE PRODUCTOS
La mayoría de las ladrilleras artesanales producen ladrillo gambote, es el caso de Oruro, Potosí, Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. Lo que diferencia a los productos son sus dimensiones. En el Beni se produce principalmente el ladrillo tubular, de dos o tres huecos, cuyas dimensiones son 24 x 10 x 10 cm; solamente se produce ladrillo gambote en Guayaramerin, cantidad que representa el 5% de la producción total de la zona. En Pando además de producir ladrillo gambote, se produce ladrillo tubular de tres huecos (de 20 x 13,5 x 8 cm) y ladrillo de seis huecos (de 20 x 15 x 10 cm), principalmente.
En La Paz se produce mayormente ladrillo de seis huecos (de las siguientes dimensiones promedio: 21,75 x 14,5 x 9,5 cm), la producción de gambote se realiza a pedido para sectores muy específicos, con diferentes dimensiones, como es el caso de hornos para panaderos.
En el Departamento de Chuquisaca además del gambote se producen tejas rusticas, a partir de la misma arcilla. Las tejas y los ladrillos gambote son cocidos juntos en el mismo horno (30% tejas y 70% ladrillo); las tejas van apiladas sobre los ladrillos en los hornos. Las tejas tienen las siguientes dimensiones: 42 x 20 x 1,5 cm.
COMBUSTIBLE UTILIZADO
En la mayoría de los departamentos se utiliza la leña como combustible, para el quemado de los ladrillos. En Santa Cruz tanto el aserrín como la chala de arroz son incorporados en la mezcla del gambote para que reaccionen en la quema en calidad de combustibles.
En Chuquisaca se utiliza leña para el quemado de ladrillos. Se estima que para quemar 10.000 ladrillos se utiliza 125 quintales de leña. El costo aproximado para esa cantidad de leña es de Bs. 1.700.
En La Paz para el quemado de gambote se utiliza como combustible leña y aserrín, principalmente. Para una cantidad de 10.000 ladrillos de capacidad, se utilizan 17 quintales de leña y 100 quintales de aserrín. El costo del aserrín equivale a Bs. 1.000 y el costo total de la leña es de Bs. 167.
Para el quemado de ladrillo de seis huecos se utiliza gas natural de la red principal, el consumo promedio por quema para 17.000 ladrillos es de Bs. 2.962 equivalente a 2,29 m3 aproximadamente.
En Oruro para el quemado de gambote se utiliza como combustible tanto estiércol ovino como gomas. Para un horno de 10.000 ladrillos se utiliza en promedio 120 quintales y 5 llantas pequeñas. El estiércol ovino proviene de la zona de Toledo y su costo es de Bs/quintal 10. El estiércol se coloca tapando los ladrillos y se va consumiendo según avanza el proceso de quema, ayudando a la combustión. El costo de la goma es de Bs. 0,33 por llanta
Entretanto en Potosí se utiliza principalmente leña de eucalipto como combustible para el quemado de adobitos. Para una capacidad promedio de 10.000 ladrillos se utilizan 500 quintales, los cuales tienen un costo de Bs. 500.
Para el quemado de ladrillos en Tarija, Valle Central, se utiliza únicamente leña. Para una cantidad de 10.000 ladrillos se utiliza al menos 100 quintales de leña. El costo total de la leña es de Bs. 500.
Por otra parte, para el caso del Chaco Tarijeño (Yacuiba), la cantidad de leña empleada para la misma cantidad de ladrillos es de 62,5 quintales y el costo aproximado de esa cantidad es de Bs. 750.
En Santa Cruz se utiliza también leña como combustible. Para una cantidad de 10.000 ladrillos se utilizan 98 quintales, las cuales tienen un costo de Bs. 667. También se utiliza aproximadamente 18 quintales de chala o cascara de arroz con un costo aproximado de Bs. 159.
Finalmente en Beni y Pando para el quemado de 10.000 ladrillos, tubular, se utiliza como combustible leña, que proviene de estancias o chacos que fueron quemados como efecto de la expansión agrícola y ganadera. En promedio se utilizan 40 quintales de leña, las cuales tienen un costo aproximado de Bs. 205. También se utiliza cascara de almendra en una cantidad estimada de 30 quintales, sin costo.
En Pando se utiliza leña para el quemado de adobitos. Para un horno de 10.000 ladrillos se utilizan 138 quintales de leña en promedio; cuyo costo es de Bs. 1.000.
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