07 noviembre 2016

Los informales dirigen gran parte de las construcciones



Los ingenieros civiles, especializados en cálculos estructurales, estiman que solo alrededor de un 20% de todas las construcciones que hay en la ciudad (edificaciones grandes y pequeñas) cuentan con la verificación de sus planos y dimensiones, datos necesarios para garantizar que no existan inconvenientes posteriores, como los que vienen ocurriendo en la ciudad por la intensidad de los vientos.

Los profesionales aseguran que los obreros informales, que edifican estructuras basándose en la experiencia y el trabajo diario, han ganado una batalla en la que prima el ahorro económico por encima de la reducción de los riesgos para no lamentar accidentes.

“Estamos en un riesgo latente”, aseguró el ingeniero Eliot Zambrana Vargas, que reconoció que la informalidad le ganó terreno al trabajo profesional.

Según los datos de Zambrana, especializado en el cálculo estructural de edificaciones, al mes la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB), filial Santa Cruz, revisa un promedio de 50 planos de obras; sin embargo, esta cantidad equivale al 20% de las construcciones que se realizan en la capital cruceña.

“No se toman previsiones adicionales. El problema es que no se toman en cuenta los factores de control. Hay mucha informalidad en las construcciones”, afirmó Gonzalo Saavedra, ingeniero especializado en cálculo estructural.

Para Saavedra, los dueños de las obras siempre buscan economizar el costo de las construcciones, sin tomar en cuenta que en una ciudad donde los temporales son frecuentes y las ráfagas de viento superan los 100 km/h, las edificaciones deben planificarse para evitar inconvenientes.

Experiencia laboral

“Nosotros hacemos las estructuras basados en los pedidos de la gente”, comentó Hipólito Herrera, un hombre que tiene su negocio de estructuras metálicas en la zona de Alto San Pedro.

Hipólito aprendió a domar el metal, que convierte en tinglados, escaleras y barandas, de su hermano Diego. “No estudié nada, pero sé hacer mi trabajo”, enfatizó el hombre, que al igual que Jaime Morón, dueño de una tienda de estructuras en la Villa Primero de Mayo, señaló que los ingenieros son muy ‘careros’ y por eso la gente los prefiere.

El secretario general del Colegio de Arquitectos, Rodrigo Urzagasti, coincidió con los dos ingenieros sobre la informalidad en las construcciones y dijo que esto se vive más en la urbe que está fuera del cuarto anillo, “allí aún hay una ciudad que está en obra gruesa”.
“No estamos preparados para eventos climáticos extremos”, aseguró Urzagasti

Estamos en transición de seco a húmedo

Danilo Pomier, pronosticador del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), dijo que Santa Cruz se encuentra en una etapa de transición, de la época seca a la húmeda, por ello hay bastante ventarrón.

“Los temporales que se han venido dando en el departamento no son parte de ninguna situación climática anómala”, aclaró Pomier y añadió que la intensidad promedio de los vientos en la ciudad sufre variaciones cada vez que ingresan los frentes fríos.

Cristina Chirinos, meteoróloga del Senamhi Santa Cruz, dijo que luego de haber realizado un estudio sobre la intensidad de las ráfagas de viento desde 2013 en el departamento, se pudo establecer hasta 2015 que el promedio de la intensidad de las ráfagas es de más de 80 km/h.

“El pico más alto de intensidad de una ráfaga que se vivió en Santa Cruz fue en septiembre de 2013, con 111 km/h”, precisó Chirinos y añadió que septiembre y octubre son meses donde mayor fuerza tienen los vientos en la ciudad.

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